En cualquier empresa del mundo moderno, es vital contar con una plataforma de contabilidad que nos ayude a organizar toda la información de nuestra organización de manera efectiva y automatizada. Esto, servirá para facilitarnos algunas de las tareas diarias, permitiéndonos ahorrar tiempo, dinero y recursos. Una de las áreas más importantes dentro de una empresa es el departamento de contabilidad, y para conocerla más a fondo, es necesario también familiarizarse con algunos de sus conceptos básicos e importantes para su sano desempeño.
Para comenzar con el tema de este artículo, te ayudaremos a entender de manera general lo que es un Activo dentro de la contabilidad e información de tu empresa.
Un Activo, por definición, es un buen o un derecho que una empresa posee, el cual puede convertirse en dinero u otros medios equivalentes.
Clasificación de los activos
Los activos de una empresa pueden clasificarse dependiendo de su liquidez, lo cual quiere decir que dependiendo de con cuánta facilidad este activo puede convertirse en dinero será la manera en que se clasificará, por ejemplo:
Activos Fijos: Son aquellos utilizados en el negocio, los cuales se obtienen no para su venta, sino para producir algún producto que próximamente se venderá. Algunos ejemplos son las maquinarias que se utilizan para producir o los bienes inmuebles como carriles de almacenaje y demás.
Activo Circulante: Aquellos que se espera sean utilizados en un periodo inferior al año, como las existencias o los materiales de producción.
Los activos y su pérdida de valor
Con el paso del tiempo, si un activo no es aprovechado o utilizado, perderá su valor. Esta pérdida puede ser por su uso o por vida útil, lo cual también se conoce como depreciación.
Siempre debes identificar los activos que son perecederos o que son propensos a la depreciación para poder calcular su pérdida de valor. Cuando se encuentran en esta categoría, se les llama Activos Depreciables.
El reconocimiento contable de un activo es importante ya que nos ayuda a definir el patrimonio neto de la empresa. En el mundo contable, los conjuntos de bienes y derechos componen los activos, mientras que las obligaciones se denominan como pasivos.
Veamos un poco más a fondo las dos principales definiciones dentro del mundo de los activos.
Activos Fijos: También conocidos como activos no corrientes o inmovilizados, son aquellos activos que están destinados a servir de forma duradera en todas las actividades internas de una empresa, normalmente, por un tiempo mayor a un año. Esto activos son usualmente utilizados en el negocio y no son adquiridos con el fin de su venta. Por ejemplo, si tienes un negocio de joyería personalizada, tus activos son tus herramientas de trabajo como pinzas, tijeras, agujas, bases, etc. Estos, se convierten en liquidez mediante el proceso de amortización y también se incluyen dentro de esta categoría las inversiones financieras con vencimiento superior a doce meses.
Activos Circulantes: También se les llama activos corrientes o líquidos, son aquellos vinculados al ciclo normal de explotación, el cual no dura más de 12 meses. Aquellos que la empresa espera vender, consumir o movilizar dentro de este transcurso de tiempo. En esta categoría, también se incluyen las inversiones financieras con vencimiento máximo de doce meses, y de igual forma, son identificados por sus existencias, deudores comerciales, cuentas por cobrar, inversiones a corto plazo, efectivo y otros activos líquidos y las periodificaciones.
Esperamos que este artículo te haya sido útil para comprender un poco más a fondo a los activos que conforman tu empresa. Comunícate con nosotros para agendar una sesión gratuita con nuestros asesores especialistas en contabilidad. Aprovecha nuestra prueba gratuita y conoce nuestro sistema ERP en la nube personalizable, perfecto para comenzar a organizar de manera efectiva y productiva el área de contabilidad de tu empresa.